11 de octubre de 2012

Mo Yan, Premio Nobel de Literatura 2012

Yan es, al mismo tiempo, el más prohibido y el más leído de los autores chinos debido a su empeño en contar la historia de China reciente sin amablidad. 


Ilustración: Luis Parejo

"Mo Yan", seudónimo de Guan Moye, que significa "no hables" en chino, ha recibido a sus 57 años el preciado galardón por su retrato de la convulsa historia de su país, en una descripción en que confluyen las tradiciones y ritos del mundo rural y en un lenguaje que mezcla el realismo y la magia, así como la ironía y la sensibilidad, según la explicación de la Academia, que recomienda especialmente Las baladas del ajo, entre sus producción literaria.

La elección de Mo Yan como escritor galardonado tiene algo de agridulce. Por un lado, es un desagravio para la literatura china. Mo Yan es el segundo Nobel de su país, y el primero con méritos literarios fuertes. La polémica procede, precisamente, por el perfil político del escritor, a veces crítico, a veces amable con el sistema comunista chino. Estos días, algunos intelectuales disidentes chinos comentaban su candidatura con cierto desdén. Su postura no es fácil de explicar en una sola palabra, colaboracionista o crítico.
Para empezar, Mo Yan es una víctima de la Revolución Cultural China y esas son palabras importantes. Nació en una familia rural del norte del país, pasó hambre y sufrió el destino elegido por el Partido Comunista para él y para millones de campesinos. Dejó de estudiar, fue trasladado al sur y entró en el Ejército Popular de Liberación, donde empezó a escribir en los primeros años 80. La censura fue intransigente con él en los primeros momentos, hasta que el Partido empezó a levantar la mano. Sus novelas, en una parte sustancial, toman como tema ese momento histórico, el retrato de la vida en aquella China destrozada por los políticos comunistas. Lo malo es que esa carga crítica no se ha hecho expresa fuera de sus novelas. Al contrario, Mo Yan ha seguido viviendo en China y ha convivido sin demasiados problemas con el sistema. 

Os dejamos como muestra, un breve fagmento extraído de su obra Rana (continúa...)


 
 En aquel entonces, mi tía se había ido a la capital del distrito para aprender los nuevos métodos de asistencia en partos, y más adelante se convirtió en la matrona oficial de los pueblos de alrededor. Eso fue en el año 1953.
En aquella época los campesinos desconfiaban de la atención ginecológica que se les daba a las mujeres, dado que las viejas comadronas del pueblo, a quienes llamábamos las «abuelitas», habían lanzado terribles rumores al respecto. Decían que si las mujeres embarazadas se hacían revisiones ginecológicas los niños saldrían locos. ¿Por qué
se inventaron tal chisme? Si se hubiese extendido de una manera más generalizada, hubiesen acabado en el paro.
Cada vez que una abuelita traía a un niño a este mundo, la invitaban a un banquete y le daban dos toallas blancas y diez huevos como retribución. Recuerdo que siempre que mencionaba a estas abuelitas, mi tía me decía que las odiaba a muerte. Me contó que numerosos niños e incontables mujeres murieron en sus manos. La opinión de mi tía me había dejado una impresión horrorosa de esas viejas matronasPara mí eran como diablos con uñas largas que lanzaban fuego verde por los ojos y un vaho asqueroso por la boca. Mi tía me contó que utilizaban un rodillo para empujar la barriga de las mujeres que estaban dando a luz. A veces les metían una toalla en la boca a lasmujeres para que el niño no les saliese por ahí. Estas viejas matronas no tenían ningún conocimiento del cuerpo humano y tampoco tenían idea de los órganos femeninos. Me dijo que en el caso de los partos con complicaciones las abuelitas metían las manos hasta el útero e intentaban arrancar al niño con todas sus fuerzas para sacarlo del cuerpo de su madre; en algunas ocasiones sacaban al niño y el útero.
Durante muchos años pensé que si alguien me preguntaba quiénes creía que eran las personas que merecían morir, hubiese contestado sin vacilar que estas abuelitas. Cuando crecí, entendí que mi tía era un poco exagerada.


                    (Fuente: http://ep00.epimg.net/descargables/2012/10/11/2e468848996829f316d5cba2dd44b040.pdf)

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