El 13 de abril se celebra el Día
Internacional del Beso, una fecha que surgió gracias al beso más largo
de la historia, que duró 46 horas 24 minutos y 9 segundos. En muchas ciudades,
diversos tipos de concursos se organizan este día, principalmente aquellos en
los que los participantes deben establecer registros de besos.
La idea que subyace al Día Internacional del Beso
es que al parecer muchas personas han olvidado los simples placeres asociados
con el beso por el beso mismo, a diferencia del besarse como mera formalidad
social o como preludio de las relaciones sexuales o de otras actividades. El
besarse puede ser una experiencia gozosa y placentera por sí misma. Es una
expresión de la intimidad.
Hagamos un repaso muy rápido y breve a los besos artísticos que han hecho historia:
En fotografía, el periodista y fotógrafo nacido en
Prusia (pronto exiliado a EE UU) Alfred Eisenstadt (1898-1995) hizo una
de las imágenes más famosas del mundo: la del efusivo beso que
en 1945 un marino estadounidense daba a una enfermera en Times Square para
celebrar el final de la Segunda Guerra Mundial.
En pintura, El
beso, de Gustav Klimt, pintor
simbolista austríaco (1862-1918), es seguramente la imagen pictórica más
conocida. Creada entre 1907 y 1908, se mostró por primera vez en la Exposición de Arte
de 1908. La otra
pintura que seguramente a más personas acuda a la cabeza al pensar en besos
sobre lienzo sea la del veneciano Hayez
(1791-1882), titulada, cómo no, El beso y realizada en 1859. Muchos
otros artistas dan fe de la inspiración que los besos les han proporcionado: Picasso, Chagall, Magritte, Munch...
En escultura,
primero recibió el nombre de Francesca de
Rimini, pero acabó con el esperado bautizo de El beso. Rodin, antes de crear la
versión en mármol, produjo esculturas de ésta en otros materiales
menos nobles. En 1888 el gobierno francés pidió al artista la primera versión
en mármol de esta pieza de gran tamaño, exhibida por primera vez en el Salón de
París en 1898.
En el séptimo arte (el cine), besos prohibidos,
robados, apasionados, inimitables, fantasmagóricos... De todo tipo
los ha recogido la gran pantalla. Ghost, con
beso entre fantasma y su dama aún viva; Spiderman, con
un beso que ha inspirado muchas creaciones artísticas; Blancanieves, con
su beso 'despertador' en el primer
largo de animación (otros de cuento: La bella durmiente o La dama y el vagabundo...); El diario de Noa, con
su poderosa escena bajo la lluvia; Star Wars, con ese beso inesperado a la
princesa; y por supuesto Casablanca, la
elegancia hecha beso.
La autora del libro 'La ciencia de
besar', Sheril Kirschenbaum, compartió una lista con curiosidades sobre el beso [SIGUE LEYENDO]
1. La primera evidencia literaria de un beso proviene de la India, de textos
sánscritos que datan de 3.500 años atrás.
2. Un beso apasionado puede hacer que nuestras pupilas se dilaten,
probablemente una razón por la que muchos cierran los ojos.
3. Dos tercios de las personas inclinan la cabeza hacia la derecha cuando
besan, y no tiene nada que ver con ser diestro o zurdo.
4. Es mucho más probable que un hombre prefiera los besos caóticos, con
lengua, a una mujer.
5. La testosterona de la saliva del hombre puede servir con el tiempo para
aumentar la libido en una mujer.
6. Nosotros no somos la única especie que se besa. Los grandes simios
presionan sus labios entre ellos para expresar emoción, afecto o
reconciliación.
7. En los estudios, la gente recuerda más los detalles de su primer beso que
de la primera experiencia sexual.
8. Besar funciona como una droga en nuestros cuerpos, y puede promover la
dopamina, el mismo neurotransmisor que las drogas adictivas estimulan, como la
cocaína.
9. Nuestros labios están llenos de terminaciones nerviosas sensibles por lo
que incluso el beso más suave puede enviar una cascada de señales de placer al
cerebro que te anima a continuar bajo las circunstancias adecuadas.
Ahora sí, ¡a celebrar!
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